
Sabemos que una que otra vez la noche es la peor enemiga de nuestra dieta. Justo cuando creemos que lo hicimos súper bien durante el día… ¡zas! Aparecen esos antojitos traicioneros a las 10 p.m. y todo se descontrola. Pero tranqui, no estás solo. Aquí te contamos por qué pasa esto, cómo manejarlo y qué alternativas puedes probar sin sabotear tu progreso.
¿Por qué son malos los antojitos en la noche?
En la noche nuestro cuerpo ya no necesita tanta energía como durante el día, así que todo lo que comemos tarde, sobre todo si es alto en azúcar o grasa, se almacena mucho más fácil como reserva (o sea… grasa). Además, los antojitos nocturnos suelen ser ultra calóricos: papitas, galletas, dulces o comida rápida. Todo eso puede alterar nuestro metabolismo, afectar el descanso y hasta causarnos malestares.
¿Cuál es la hora máxima en la que se puede comer?
No hay una hora “prohibida” universal, pero muchos expertos coinciden en que lo ideal es cenar entre 2 a 3 horas antes de ir a dormir. Por ejemplo, si te acuestas a las 11 p.m., lo ideal sería cenar entre 7 y 8:30 p.m. Después de eso, es mejor evitar comer para que tu cuerpo se enfoque en descansar y no en digerir.
¿Cómo afectan los antojitos nuestra digestión en la noche?
Durante la noche, el sistema digestivo se pone en modo “lento”. Ya no trabaja igual de rápido ni con la misma eficiencia. Si comemos algo pesado, puede costarnos dormir, nos podemos sentir hinchados o con reflujo. Y lo peor es que ese descanso interrumpido también afecta nuestro metabolismo al día siguiente.
¿Comer de noche causa pesadillas?
Aunque no hay una prueba definitiva, varios estudios sugieren que comer justo antes de dormir —especialmente comidas picantes, grasosas o muy azucaradas— puede aumentar la actividad cerebral durante el sueño. Eso se traduce en sueños más intensos o incluso pesadillas. Así que si sueñas raro después de comerte esa hamburguesa a medianoche… ya sabes por qué.
¿Qué sería un buen antojito?
¡No todo está perdido! Si de verdad te da hambre en la noche, mejor elige snacks ligeros, bajos en azúcar y fáciles de digerir. Algunas ideas:
- Un puñado de nueces o almendras (sin sal)
- Un yogur natural o griego sin azúcar
- Rodajas de pepino o zanahoria con un poco de hummus
- Una infusión caliente con una cucharadita de miel
- Una manzana o un plátano pequeño
Recetas pequeñitas para matar el antojo sin culpas
- Mini bowl de yogur y frutas
- ½ taza de yogur natural
- Fresas o arándanos
- 1 cucharadita de chía
Mezcla todo y listo. Fresco, ligero y saciante.
- Tortillitas de avena al microondas
- 2 cucharadas de avena
- 1 clara de huevo
- Canela al gusto
- ½ banana
Mezcla y lleva al microondas 1 minuto. Sabe a postre, pero sin culpa.
- Té relajante con snack crujiente
- Infusión de manzanilla o lavanda
- 1 rebanada de pan integral tostado con aguacate o queso bajo en grasa
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Tener antojos de noche no te hace débil, ¡nos pasa a todos! Lo importante es entender por qué suceden y aprender a elegir mejor. Dormir bien también es parte de una vida saludable, y cenar ligero te ayuda a lograrlo. Así que la próxima vez que ese antojito nocturno quiera arruinarte el día… ¡ya sabes cómo enfrentarlo!
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